miércoles, 24 de febrero de 2021

No soy una mujer

 No soy una mujer, persona o ser humano; a penas un animal feral y sin rostro, hace no mucho una monstruo, una quimera.

Pero como monstruo, ahora como animal feral, mi mayor miedo son los humanos.

Con esta afirmación no pretendo alegar legítima defensa, un crimen es un crimen, no importa quién y por qué lo cometa. Pero tal como no puedo negar mis faltas, no puedo negar mis motivos; todo el daño que he dejado a mi paso, en otros y en mí, es resultado directo de no poder reconocer en el espejo la imagen de la humanidad en el espejo.

Lo que veo es un ser amorfo e indefinido que justifica su existencia comportándose  conforme a un molde en lo que no parece encajar una persona o mujer; palabras que carecen de significado cuando las pronuncio.

Dicen que los iguales se reconocen, dicen que uno se delimita a partir de la mirada del otro y su contacto; quizá el momento en el que alguien, un ser humano, me debió haber visto como un igual no me reconoció, tal vez no me reconoció porque no soy ser humano o persona...que decir del ser mujer. 

Será que mi biología determinó que al nacer "mujer" no fuera vista como persona o ser humano, sino como arcilla para moldear.

Será que al estar compuesta de tantos retazos de historias y crímenes, la historia me cosió con el tiempo para formar su propia criatura, una extraña nueva Prometeo.

Lo que si sé es que quien me reconocen e incluso me aman son otras bestias ferales, que muerden, arañan, rugen y cazan. Me huelen y saben que soy un familiar, me miran como si hubiera llegado a casa.

Por el momento está bien no ser persona, ser humano, mujer; ser un animal me viene bien, como:

La pared para descansar

La lluvia de verano

El sol de invierno

El jazmín en flor 





viernes, 19 de febrero de 2021

La Ilusión del Control

 ¿Habrá emoción humana más antigua que el miedo?: Quizá la ira; aunque es muy común encontrarlas juntas, en más de las ocasiones parecen hermanas siamesas, dos cabezas, pero un mismo cuerpo. Dos corazones palpitantes fusionados en un mismo pecho, que bombean sangre de a velocidades y direcciones diferentes. 

¿Es un ser bicéfalo o dos seres en un mismo cuerpo?: No lo tengo claro, pero normalmente cuando he llegado a examinar mi ira, veo que me contestan los ojos del miedo; cuando examino al miedo me sujetan en vilo los puños de la ira.

Un incidente insignificante pudo hoy sacarme de mis cabales, alguien, una persona, un ser que simplemente por impaciencia y en ignorancia rompió un par de reglas; fue un hecho tan banal que me sonrojé de la vergüenza por mi enojo. Pero más que preguntarme si acaso tenía razones para enojarme o no, me pregunté: ¿Por qué me enojo?

Y es así como montado en el cuerpo de la ira, los ojos del miedo se asomaron. Como muchos otros animales, solitarios hechos a sí mismos, aprendí que la estructura y el orden me daban alto grado de control sobre lo que me rodeaba; controlar es poder manipular tu realidad, esconder la fragilidad y proteger la propia vulnerabilidad. El control, cuando se es un cachorro abandonado a la vida es lo más importante para sobrevivir, no es cuestión de maldad, manipulación, mentira o crueldad; es simplemente tener protección y refugio.

Pero para tener control se necesita de un tablero que dominar, estructuras fijas, reglas claras que con las cuales se pueda jugar. Cuando la estructura se rompe, las reglas se pierden y el caos revuelve las fichas                     

                        NO HAY CONTROL

                                                    SIN CONTROL NO HAY REFUGIO Y PROTECCIÓN

                        LO OTRO PUEDE ATRAVESARME Y VER MI VULNERABILIDAD

VE EL ROSTRO DE UN ANIMAL TEMEROSO Y HERIDO

No hay mitos, escaparates y ropas engalanadas que disimulen que sólo hay este pequeño ser vibrante, que se estremece con la caricia del sol, en cuya víscera palpitante y roja sólo existe el anhelo de tener un hogar.



jueves, 18 de febrero de 2021

Ir y venir

 ¿Será: el lupus, la fibromialgia, la osteoporosis, la depresión, el TAG, o simplemente que ya no queda más energía en mí para seguir adelante?

Cuando comencé este recorrido con entre diagnósticos, doctores, estudios y tratamientos poco a poco me di cuenta de que habría días en que no podría levantarme, que el cuerpo sólo sería una pesada carga que movería de la habitación a la cocina, de la sala al aula; de experiencia en experiencia sin que pudiera sentir que la vida ahí está. Aprendí que debía descansar y darme tiempo. Pero creo que nunca me acostumbraré a que mi cuerpo, mis emociones y mi vida sean un constante encendido y apagado.

Hoy estoy cansada, pero más allá de eso me siento derrotada y ajena a mi propia vida. El cuerpo no ayuda, me reclama la cama o el sillón, no puedo sostener mi consciencia...me diluyo.

¿A quién demonios le puede importar mis memorias, mis sentires, mis cansancios y derrotas?: A nadie, en verdad necesito que alguien les de importancia, alguien de afuera. Quizá no...algunas crías animales nacimos para ser arrojados a la soledad de la existencia, sin calor y afecto.

A veces quisiera que todo se detuviera, que mi vida se detuviera...yo que como animal no se morir por mi propia mano, a veces solo deseo la misericordia del fin de mi existencia para poder dormir sin tener que cuidarme las espaldas o tener que inventarme sueños, expectativas o o convicciones, razones para seguir viviendo.

Ya no me siento sola como antes, a veces realmente no me interesa que alguien me vea, me entienda o escuche, tampoco me siento tan rota, aunque como cualquier animal no domesticado me siento vulnerable de cualquier depredador. Tengo la capacidad de amar y ser gentil con otros animales y con lo que me rodea y aunque no he aprendido todo lo que necesito aprender...sólo quiero estar en un solo lugar...si en días como hoy estoy cansada de vivir.

My body is a cage

My mind is a key



miércoles, 17 de febrero de 2021

Asumir

 ¿Es que debo pelear, permanecer, esperar? No sé que se debe hacer; de pronto todo fue tan rápido, de golpe una cosa tras otra, ocupar la energía posible para mantenerme a flote y encontrar momentos para respirar, pero sin pensar, sólo esforzándome por no perder la vertical.

Los animales no sabemos renunciar, nos damos cuenta de la muerte hasta el momento que morimos, dejamos de comer, andar o respirar, en el momento que sabemos que el final se acerca, antes de eso: jamás.

El animal muere cuando muere, ni un segundo antes. Así mi vida como animal sobreviviente, pues a pesar de no vivir abrigando la esperanza, no se puede dejar la existencia al abandono.

Pero también, esta quimera que dibuja mi existencia, me impide ahora sólo sobrevivir.

¿Alguna vez sabré que es vivir feliz?: A veces pareciera que jamás me libraré de mis perros negros, que las palpitaciones y el terror serán mis despertadores, que el gris penetrará en cada color que irrumpa en mi ventana.

Dejé de pelearme con la melancolía, el menor de la manada, pero cuando los otros de mayor tamaño irrumpen en mi vida me asfixian. Al menos, puedo reconocer entre tanta anegación:

No moriré, hasta el segundo que muera...



martes, 16 de febrero de 2021

Extravío y pérdida

 A veces siento un dolor profundo y clavado en el pecho, otras un sofoco con cada palpitación acelerada mi corazón que retumba en la cabeza. Otras tantas sólo hay vacío y frío.

Es tan doloroso sentirse extraviada entre tanta pérdida, es tanto lo que se agolpa dentro de mí que ya no puedo reconocerlo. No sé quién es el reflejo del espejo cuando lo miro, ni a quién pertenece esta historia que consume mi cuerpo cada vez que la manecilla traza su camino.

La muerte me pisa los talones, el talento ha huido de mi percepción. No puedo pensar, sentir o andar; no tengo energía para estar o hacer.

Compartir mi vida con otros es tan difícil, no puedo estar ni para mí ¿Cómo puedo estar para otros?

martes, 22 de diciembre de 2020

Con la muerte detrás...

 Desde hace un par de semanas; por las noches siento como ronda la sala, la cocina, el estudio. Escarba en todos los rincones y de vez en cuando la veo asomada en mi hombro cuando me miro al espejo.

A veces me aterra verla tan cerca, sé que nací con ella y paciente me ha esperado durante años para no estar sola; sin embargo, después de tanto esfuerzo por ir a su encuentro, hoy ella me asusta, pues siento que mi vida ha sido un desperdicio, que rara vez he disfrutado de una felicidad completa, ni siquiera he desentrañado su sentido.

¿Cómo puedo irme si nunca he morado en mi vida?

jueves, 5 de enero de 2017

La memoria y la mentira de uno mismo.

El laberinto más indescifrable es aquél que se ha construido sobre la base del recuerdo. Es emprender el rescate de un rompecabezas perdido en el tiempo; volver una y otra vez a los instantes que edifican el presente, pero que se han desteñido o cambiado de color.
Sólo son juegos de fotografías en un álbum que dicen quienes fuimos y quienes somos, guardando su verdad en la memoria, registro que también apela a su propia capacidad de faltar a la objetividad.

¿Habrá empresa más desafiante que decirse la verdad de uno mismo?


The most indecipherable laberito is one that has been built on the basis of memory. It is to undertake the rescue of a lost puzzle in time; To return again and again to the moments that build the present, but that have faded or changed color.
They are only games of photographs in an album that say who we were and who we are, keeping their truth in memory, a record that also appeals to their own capacity to lack objectivity.
Will there be more challenging undertaking to tell the truth of oneself?